La energía fotovoltaica está revolucionando el panorama energético global, y México no es la excepción. En el año 2024, las tendencias y avances tecnológicos en el ámbito de la energía solar fotovoltaica están marcando un hito en la transición hacia un futuro más sostenible.
Estas innovaciones se han visto especialmente en materiales fotovoltaicos, el almacenamiento de energía solar y las políticas gubernamentales que están impulsando su crecimiento en el país.
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Innovaciones en materiales fotovoltaicos
El futuro de la energía solar fotovoltaica en 2024 se ve impulsado por notables avances en los materiales utilizados para la fabricación de paneles solares. Los nuevos materiales como el perovskita están ganando terreno debido a su alta eficiencia y costos de producción más bajos.
Este es un tipo de mineral que tiene una estructura cristalina única y es la base para una clase de materiales que han mostrado un gran potencial en la tecnología e innovación fotovoltaica.
Además, la investigación en tecnologías bifaciales, que permiten a los paneles solares captar luz en ambos lados, está aumentando la producción energética por unidad de superficie. Estos avances en materiales fotovoltaicos están haciendo que la energía solar sea más accesible y eficiente, alineándose con los objetivos nacionales de México para incrementar el uso de energías limpias.
Almacenamiento de energía solar
Otra tendencia crucial para el futuro de la energía solar fotovoltaica es el desarrollo y la implementación de soluciones avanzadas de almacenamiento de energía. En México, la Ley de Transición Energética destaca la importancia del almacenamiento para la integración eficiente de las energías renovables.
Las tecnologías de almacenamiento, como las baterías de iones de litio y las soluciones de almacenamiento a escala de red, están mejorando la capacidad para almacenar energía solar y suministrarla cuando más se necesita, especialmente durante la noche o en días nublados.
Políticas gubernamentales y crecimiento del sector
Las políticas gubernamentales juegan un papel fundamental en el crecimiento de la energía fotovoltaica en México. La actualización de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) en 2020 reflejó el compromiso del país con la reducción de emisiones y el fomento de energías limpias.
México se ha propuesto metas ambiciosas, como la generación de al menos el 35 % de su electricidad a partir de fuentes limpias para el año 2024, según la Ley de Cambio Climático y la Ley de Transición Energética.
El Programa para el Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) y los Certificados de Energías Limpias (CEL) son instrumentos clave que impulsan la adopción de la energía solar. Los CEL, emitidos por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), legitiman la cantidad de energía generada a partir de fuentes renovables, facilitando un mercado en el que se pueden comprar y vender estos certificados. Esta política no solo promueve la energía limpia, sino que también proporciona un incentivo financiero para los inversores.
El rol de la energía fotovoltaica
La energía solar es esencial para la transición hacia un futuro sostenible en México. Las tecnologías de generación distribuida (GD) están permitiendo a los hogares y las pequeñas empresas no solo reducir sus costos energéticos, sino también contribuir al suministro eléctrico nacional.
Modelos como Net Metering y Net Billing (o medición neta y facturación neta) ofrecen opciones atractivas para los consumidores, permitiéndoles beneficiarse de la energía que generan y aportando a la estabilidad de la red eléctrica.
Sin duda, los avances en materiales fotovoltaicos, el desarrollo de soluciones de almacenamiento y el fuerte apoyo de políticas gubernamentales están transformando el sector energético.
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